Fue una noche, la de ayer sábado, 27 de abril, vivida en el Café Gijón de Madrid, de las que no olvidaré en mucho tiempo.
El acto organizado por Juan Vicente Solís, estuvo a la altura de lo esperado en ésta clase de eventos, que bajo el titulo: "Lorca en el Flamenco", nos dejo ver la sensibilidad del poeta de Fuente Vaqueros. Gracias Juan, por hacerlo posible en un marco incomparable de la capital de España, como es el Gran Café Gijón.
La presentación corrió a cargo del poeta granadino y director de la Asociación Cultural Tertulias Lorquianas de Valderrubio: Francisco Vaquero, el cual abrió el acto recitando poemas de Federico; seguidamente sería su esposa, Mari Carmen Párrizas, la que nos deleitó con dos canciones versionadas por ella del poeta. Mari Carmen nos emocionó con su dulce voz estremecedora. Y se cerró con la guitarra flamenca, del tocaor extremeño, Joaquín Muñino, tocaor profundo y de exquisito gusto, el cante del cantaor granadino Arturo Fernández, hizo salir el duende, ese que dicen que está escondido por los rincones del Café Gijón, y del que hablaba Federico García Lorca.
Arturo, que como dice el poeta de Arjona, Ángel Justo Cámara, tiene voz redonda, clara y flamenca. Y que sigue llevando su arte y su saber en una muestra más de lo que significa para él el cante flamenco; sentimiento y emoción a raudales, mezclada con grandes dosis de estudio, tratando de llegar al corazón de cada uno de los que le escucha.
En resume, fue una noche mágica y en la que cada uno de los intervinientes se dejó el alma para que los asistentes se llevasen un sabor de boca que, probablemente, tardarán en olvidar.
Crónica.
Onésimo Guijarro.