Desde este humilde blog, quiero hacer un pequeño e insignificante homenaje a la memoria del maestro de cante: D. Antonio Mairena.
Antonio Cruz García nació en Mairena del Alcor, en el numero siete de la Plaza de Alfonso XII. Allí vino al mundo un 7 de septiembre de 1909, como persona Antonio, fue excepcional, como cantaor, que cada cual saque sus conclusiones. Hombre tímido al que le preocupaba enormemente las criticas, y sufría cuando de él se trataba, ante eso no tenía capacidad de repuesta.
De Mairena, muchos somos sus seguidores, pero también son otros mucho sus detractores, y a éstos voy. Sinceramente, creo que los que somos aficionados a este arte no debíamos de ser detractores de nadie, si bien todos tenemos nuestros propios gustos y a cada cuál nos gusta un cantaor distinto, como tiene que ser, porque si a todos nos gustara el mismo, los demas no serían nada en este arte ni en ningún otro.
Pero en el mundo del flamenco se da mucho el caso, que al que le gusta, por poner un ejemplo: Marchena, Caracol, o cualquier otro, para él los demás ya no valen, o viceversa. Y a esto es a lo que me refiero.
Yo como verán, soy mairenista hasta la médula, pero no por eso los demás cantaores dejan de valer: al revés, todos se merecen mis respetos, y todos tienen algo de lo que aprender y los hay algunos que son verdaderos maestros.
Ahora bien, si echamos una mirada a la biografía de Mairena, veremos que la labor que ha hecho por el flamenco, pocos, por no decir ninguno, son los que igualen al maestro de Los Alcores; de aquí que yo le haga este homenaje a su memoria.
Investigador de las raíces más profundas de este maravilloso arte, como es el flamenco; no hay nada más que repasar su extensa discografía para comprobar que no hay ningún cantaor que tenga tan diversa gama de palos y estilos como el maestro, algunos de los cuales quizás se hubieran perdido de no haber sido rescatados por él, incluso, algunos de dichos cantes los engrandeció y recreó dándoles una musicalidad que no tenían.
Antonio Mairena cuenta en varias ocasiones dos momentos de su vida importantes para él. Lo cuenta así Rogelio Marín: Es harto conocido que por aquella época las familias gitanas se reunían en fiestas cuando cualquier hecho feliz sucedía.
Allá por el año 1918 vuelve aquel portentoso bailaor Faíco, al concluir la guerra Europea y con motivo tuvo lugar una de ellas en la calle denominada Ancha, a la que tuvieron acceso varios aficionados; el ambiente va subiendo de tono, el pequeño Antonio agarrado a las faldas de su madre, observa y calla, pero sus primeros duendes le rondaban y sin darse cuenta y por un impulso extraño arrancó a cantar por tangos; Faíco sorprendido y tocado en lo más profundo de su ser, se lanzó a bailar y fue tal su entusiasmo que al concluir lo toma en sus brazos, en medio del júbilo general.
Para Antonio representó su bautizo artístico, el preludio de una vida dedicada por entero al cante. Junto a este recuerdo feliz, Antonio rememoraba otro de signo contrario, cuando su padre no tuvo dinero para llevarlo al concurso de Granada de 1922. Esto no hubiese tenido mayor relevancia si allí no hubiera concursado y ganado Manolo Caracol, un niño de la misma edad que él que alcanzó la fama muy pronto y que después hizo pasar a Antonio momentos amargos, un niño que pudo llevar su padre, según expresión de Mairena.
Los cantes de Antonio Mairena. R. Soler Díaz. L. Soler Guevara.
Los cantes de Antonio Mairena. R. Soler Díaz. L. Soler Guevara.
Tendría yo sobre unos diez años, cuando por primera vez escuché una grabación del maestro en disco de pizarra.
Dicho disco era de un tío abuelo mío que por cierto, era guitarrista, llamado "Pepe el de la Flamenca" y compadre de Antonio Mairena, porque este le sacó un hijo de pila, pero volvamos al hecho; yo no le dí importancia, ni entendía aquello, más algo en mi interior tuvo que quedarse ya, para siempre.
A la edad de quince años empezó a gustarme un poco el flamenco, pero sin llegar a aficionarme, ya que la música que me gustaba era la moderna, y sobre todo, el "soul," aunque si bien Bambino me encantaba y Mairena empezó a salir de mi interior. Cuando acabé la milicia, fue cuando me aficioné de lleno en este arte, a escuchar y estudiar lo que en sí era el flamenco.
Desde entonces, soy mairenista, como digo, sin menospreciar a los demás grandes maestros que los ha habido y los hay, ni a nadie en general, porque todos tienen que ser respetados.
Aquí aporto unos datos significativos para que podamos comprobar la grandeza del maestro.
Numero de cantes grabados por el maestro según la base de datos:
Alegrías, cantiñas y romeras____ 11 Bulerías_______________37
Caña_____________________ 2 Caracoles_____________ 1
Cartageneras_______________ 1 Corridos gitanos________ 1
Debla, martinete y tonas_______ 15 Fandangos____________ 10
Farruca__________________ 1 Garrotín______________ 1
Gilianas__________________ 2 Granainas_____________ 1
Polos____________________ 3 Romances______________ 6
Saetas___________________ 6 Serranas_______________ 2
Siguiriyas_________________ 36 Soleares______________ 33
Tangos___________________ 10 Tanguillos______________ 2
Tarantos__________________ 2 Tientos________________ 7
Villancicos_________________ 6 Total_________________ 196
Aquí hablamos de palos, pero como sabemos en un mismo palo hay diferentes estilos, y ya triplicaríamos lo que estamos hablando. Mairena era capaz de estar toda una noche cantando por " soleá "sin repetir un solo estilo, y lo mismo por " bulerías," que por siguirillas. Así era de grande.
Muchas gracias Maestro por su sabiduría, por su sencillez y humildad.
Que en la gloria no deje Ud. de cantar.
Yo sé que la afición nada me discute sobre mi personalidad cantaora. Sólo los partidarios de un gitanismo inconcreto me vienen combatiendo en la forma de expresar mi arte gitano-andaluz. Al parecer, algunos llamados progresistas, vienen combatiendo a sangre y fuego mis derechos a expresar mi cante como lo siento, como yo soy.
ANTONIO CRUZ GARCÍA
Toítos los faluchos
entran en bahía,
tan solamente donde viene mi mare