El pasado 5 de octubre, el Salón de Actos de la ONCE en Granada, acogió el festival itinerante de una propuesta cultura de Uruguay denominada Turismo con Arte, que marcan los nombres de Rafael Pérez Jiménez Barradas, Federico García Lorca y Antonio Gaudí.
Ya, esa misma tarde, y con imagen dialogada, se asistió a un encuentro figurado entre Lorca y Barradas, por Myriam Bianchi y Francisco Vaquero.
Siguiendo el programa, en jornadas anteriores, ha habido recitales de música, poesía, presentación de obras literarias, visitas a los monumentos más emblemáticos de la ciudad de la Alhambra y, con el titulo de Lorca en la voz, ese mismo día 5, se ofreció un recital flamenco del cantaor Arturo Fernández, acompañado a la guitarra por Ramón del Paso y presentado por el periodista y flamencólogo, Juan Antonio Ibáñez, quien saludó a los visitantes, para a continuación aludir a los dos artistas interviniente.
Del primero comentó que era conocedor y seguidor de los grandes patriarcas del Renacimiento Flamenco, como por ejemplo Antonio Mairena; destacando que Arturo Fernández es cantaor de intenso y extenso conocimiento, de quejio y suspiro, de ortodoxa actitud y matices propios, que hace de su decir un flamenco de estilo personal, avalado, además, por numerosos reconocimientos y presencia con su arte en muy diversos países y festivales.
El será - dijo Ibáñez - la voz que Federico nos dejará oír. La voz del lamento que sobrecoge. La voz del saber popular.
El guitarrista que le acompaña, Ramón del Paso, tiene el poder de hacer notas escritas en el corazón de la guitarra.
Es tocaor de estilo clásico - flamenco. Resultado de su experiencia en el acompañamiento al cante, al baile y como no de su particular estilo de la escuela granadina en guitarra de concierto.
Tras el aplauso del público asistente, Arturo Fernández inicio su recital con una selección de textos de la obra de Lorca, El lenguaje de las flores de La zapatera prodigiosa, siguiendo con verso de La sangre derramada, Canción otoñal y Nana del caballo grande, entre otros, terminando por siguiriyas.
Los aplausos, durante varios minutos, fueron el refrendo a la profesionalidad del cantaor granadino.
Según Ibáñez, podríamos decir que lo jondo, es la forma de exponer y comunicar el sentimiento, de unas raíces y vivencias humanas, que cobran vida en situaciones recreadas por el artista, ya sean cantaor, escritor o pintor.
Y su forma de ver al cantaor nos sirve para adentrarnos en su visión del Arte Flamenco. "El cantaor, nos dice el poeta, cuando canta, celebra un solemne rito, saca viejas esencias dormidas y las lanza al viento envueltas en su voz... tiene un profundo sentimiento religioso del cante.
Diario Digital Jdelvira
Juan Antonio Ibáñez
Según Ibáñez, podríamos decir que lo jondo, es la forma de exponer y comunicar el sentimiento, de unas raíces y vivencias humanas, que cobran vida en situaciones recreadas por el artista, ya sean cantaor, escritor o pintor.
Y su forma de ver al cantaor nos sirve para adentrarnos en su visión del Arte Flamenco. "El cantaor, nos dice el poeta, cuando canta, celebra un solemne rito, saca viejas esencias dormidas y las lanza al viento envueltas en su voz... tiene un profundo sentimiento religioso del cante.
Diario Digital Jdelvira
Juan Antonio Ibáñez