Nicolás Martinez García, nacido en Granada, más conocido como "El Tuerto de Graná" (n. 30-5-1894, m. 16-1-1954) era unos de los cantaores más completos y extensos de su época, conociéndose todos los estilos.
Tenía su punto de parada en la taberna de Pepe, que estaba en la esquina de la calle Coches y San Matías. Nicolás aparecía siempre andando muy deprisa, con su ojo vaciado y un tic nervioso muy acentuado en la cara. Siempre con su guitarra colgada del brazo, ya que él mismo se acompañaba cuando cantaba; fue imprescindible en todas las fiestas desde comienzos de 1900 hasta 1954 en que murió.
Yo me acuerdo, que Manuel Salamanca fundador de la Peña de la Platería y de la tertulia de su mismo nombre al cual yo conocí en mis principios, y él era ya mayor, me hablaba muy bien de Nicolás y de él aprendió Manuel: la policaña, cante que hacía muy bajito porque no tenía facultades, ¡por cierto!, este cante no se lo he escuchado a ningún cantaor; dicen que lo hacia el gran Silverio, pero ¿Cómo le llegó este cante a Nicolás?.
Como guitarrista acompañante de los cantaores de aquel tiempo, era el preferido de Frasquito Yerbabuena, quien lo llevaba a las largas jornadas de cante con sus amigos, aunque también se hizo acompañar por Miguel López, "El Santo", apodo que le puso Frasquito por lo buena gente que era.
Cuando Carmencita Salinas se iba a presentar al Concurso del año 1922, como la niña cantaora no ajustaba su cante a la guitarra, tuvo Nicolás el "Tuerto" que adiestrarla, dándole clases.
Los últimos tiempos del cantaor, ya alejado del arte, fueron muy duros y difíciles, quien tuvo que aceptar una plaza de sereno vigilante de los barrios, al no tener ya su voz ronca, cascada flamenquísima.
Al igual que Frasquito, Niña Salinas y María la "Gazpacha" ganadores de un premio de quinientas pesetas, así como Concha Sierra y La Goyita, con un premio de ciento veinticinco pesetas, en el concurso de 1922, no dejaron ninguna grabación para poder haber apreciado su arte.
Nicolás cantaba por seguiriyas y soleares, ajustado con mucho gusto, y una voz flamenquísima, interpretando la soleá del Portugués:
Candela del cielo,
caigan candelas y más candelas,
del cielo caigan candelas,
pa que le caigan a tu mare encima
por tener malina lengua.
Policaña
Hermanito mío, tu no llores
mira que he sido soldado,
he pasado muchos ríos,
soleá y soleá,
he pasado muchos ríos
y me quedad muchos más...
Aquí tenemos una muestra de la Policaña, transmitida como digo, de Nicolás el Tuerto a Manuel Salamanca, quién a su vez se la transmitió a un jovencísimo Javier Montenegro, que hace una joya de este estilo de cante.
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