Hoy con el sentimiento a flor de piel, quiero rendir mi pequeño homenaje a un amigo querido del alma, como fue Carlos Orte, que se nos acaba de ir el 30 de marzo de 2015.
Y lo traigo a estas páginas flamencas no precisamente por ser mi amigo, que lo fue, si no por su aportación de muchos años al mundo flamenco granadino, haciendo una labor en silencio, sin intereses de ninguna clase; es más, creo que más bien le ha costado el dinero con el fin de ayudar de una forma u otra a las personas que se lo requerían.
Carlos Orte Martínez, nació en Granada un 20 de Diciembre de 1957, así que nos dejó siendo aún relativamente joven. Curso estudios en la Universidad de Granada, llegando a ser titular del departamento de fisicoquímica de dicha Universidad.
Fue nombrado como director de la Corrala de Santiago, residencia de invitados de la UGR, en el granadino barrio del Realejo y a la que Carlos Orte ha puesto en valor, siendo con su llegada, uno de los máximos valederos de dicho barrio, ya que creó uno de los focos culturales más activos de la ciudad en su más de treinta años al frente de ella. Como bien digo, la Corrala de la manos de Carlos Orte se ha convertido en el centro de reunión de cofrades, académicos, artistas, aficionados a los toros y vecinos del barrio, los cuales le tenían un cariño especial por su labor en dicho barrio.
En este hermoso lugar, un edificio del siglo XVI- XVII, se dieron cita toda clase de actividades culturales tales como: exposiciones de pintura y fotografía, tertulias como las célebres taurinas, llegando a recibir la Universidad el Trofeo Frascuelo, instituido por la Tertulia "Los Tres Juanes", premio que era para él, pero que declinó en favor de la Universidad. También se dieron pregones, teatro, homenajes y recitales de poesía y flamenco, siendo también uno de los impulsores para que la UGR creara el Grupo de Estudios Flamencos del Centro Contemporáneo de la Universidad de Granada. Y es por todo esto por lo que lo traigo a este blog, porque nunca escatimó esfuerzo alguno ni ilusión por este nuestro arte, tanto para los más viejos del lugar, como para aquellos jóvenes que están empezando y son las futuras promesas. Por todo esto y por todo el cariño que me profesaba, y al que he tratado de corresponder en su medida, le estaré siempre agradecido y en cualquier sitio que me encuentre cantando habrá una letra por soleá dedicada a su memoria. Gracias Carlos Orte.
Arturo Fernández.
Arturo Fernández.
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