13/4/15

ANTONIO CHACÓN

               Antonio Chacón García, como bien lo definió Fernando el de Triana, fue el primer revolucionario del cante andaluz, es decir, del flamenco. Su voz era una melodía extraordinaria; su modulación facilísima y tanto las notas graves como las agudas, las ejecutaba con un sonoridad extraordinaria. En sus grabaciones, aunque como podemos apreciar, Chacón canta lo que en flamenco llamamos de falsete, se puede observar perfectamente su técnica, y su forma de interpretar y expresar el cante.
            Chacón tenía una voz según dice quien lo escuchó: gruesa; de hecho, los que oyeron sus primeras grabaciones con el maestro Habichuela en los años 1908 a 1913 dan fe de ello. Antes había grabado en cilindros de cera con Miguel Borrul. La transformación de su voz fue el resultado de una serie de enfermedades físicas que padeció, siendo por esto por lo que tuvo que adaptarse a cantar de falsete en su última época de cantaor, coincidiendo con el momento de su mayor producción discográfica. También grabó con Perico el del Lunar y con Ramón Montoya.


             Antonio Chacón García nació en Jerez de la Frontera el 16 de mayo de 1869, de padres desconocidos. Fue adoptado por el matrimonio formado por Antonio Chacón Rodríguez , de profesión zapatero y María García Sánchez. Ya desde niño se aficionó de tal manera al cante flamenco, que sólo vivía pensando en poder acudir por las noches a los tablaos para escuchar a los cantaores que allí actuaban. Con trece años, ya se reunía con Javier Molina y el hermano de éste, que era bailaor, para actuar en cualquier fiesta, boda o reunión que se les requería, cuenta Alvarez Caballero. Con ellos empezó Chacón su caminar artístico de pueblo en pueblo hasta llegar a los cafés cantantes siendo el cantaor mejor pagado de su tiempo.
               
                                                                          En la fotografía con el periodista Juan Ferragut

          La aportación de Antonio Chacón al flamenco fue muy significativa, ya que aparte de ser un creador, también recuperó para nuestro deleite algunos cantes que estaban en desuso, tales como: la Caña o el Polo, a los que dotó de una musicalidad y una cuadratura que hasta entonces no tenían; ralentizó el cante por tangos que es lo que hoy conocemos por tientos. También hizo popular el Mirabrar, pero sobre todo el cante por caracoles. Dejó su impronta en su paso por Cartagena, Almería, Granada y, ¡como no! En Málaga, que como sabemos creó seis estilos de malagueñas de las llamadas nuevas a partir de la llamada malagueña del Mellizo, pues lo que se conocía por malaguñas era la que hacía Juan Breva, que era un cante abandolao como ocurría en Granada con la granaína, y que por primera vez escuchó de África la  Pezeña en el café del Burrero en 1886. Lo que oyó Chancón, de África es lo que hoy conocemos por fandangos de Albaicín, llamados también de Frasquito Yerbabuena, en los que él se recreó para crear su granaína y media, ya que según decía Chacón se le quedaba chico dicho cante.
               
                  
          Igualmente nos dejó su sello en los cantes mineros, aunque como sabemos lo que más le gustaba cantar a Chacón eran los cantes gitanos, como él los llamaba, pero se tuvo que pegar a las nuevas corrientes si quería subsistir, ya que era lo que prefería el público que se congregaba en los llamados cafés cantantes. No debemos de olvidar que Chacón fue el eslabón del cante primitivo con el actual. Para terminal, recordar un comentario que hizo Manolo de Huelva, quien dijo que nunca había cantado nadie como Tomas Pavón y Chacón.
   
          La historia del flamenco tuvo su punto de inflexión, cuando se encontraron Don Antonio Chacón y D. Ramón Montoya


Arturo Fernández.                      
                   

                                                                                                 

                                                                                               
                                   Esta era su letra favorita


                                                                                                                 En la tumba de mi madre
                                                                                                                 a dar gritos me ponía,
                                                                                                                 y escuché un eco del viento:
                                                                                                                 No la llames, me decía,
                                                                                                                 que no responden los muerto.




                                 El cante jondo es como una herida punzante, que abre tu pecho para que salga todo un halo de sentimientos. Arturo Fernández.







2/4/15

A MI AMIGO CARLOS ORTE


          Hoy con el sentimiento a flor de piel, quiero rendir mi pequeño homenaje a un amigo querido del alma, como fue Carlos Orte, que se nos acaba de ir el 30 de marzo de 2015.
Y lo traigo a estas páginas flamencas no precisamente por ser mi amigo, que lo fue, si no por su aportación de muchos años al mundo flamenco granadino, haciendo una labor en silencio, sin intereses de ninguna clase; es más, creo que más bien le ha costado el dinero con el fin de ayudar de una forma u otra a las personas que se lo requerían.




          Carlos Orte Martínez, nació en Granada un 20 de Diciembre de 1957, así que nos dejó siendo aún relativamente joven. Curso estudios en la Universidad de Granada, llegando a ser titular del departamento de fisicoquímica de dicha Universidad.

          Fue nombrado como director de la Corrala de Santiago, residencia de invitados de la UGR, en el granadino barrio del Realejo y a la que Carlos Orte ha puesto en valor, siendo con su llegada, uno de los máximos valederos de dicho barrio, ya que creó uno de los focos culturales más activos de la ciudad en su más de treinta años al frente de ella. Como bien digo, la Corrala de la manos de Carlos Orte se ha convertido en el centro de reunión de cofrades, académicos, artistas, aficionados a los toros y vecinos del barrio, los cuales le tenían un cariño especial por su labor en dicho barrio.


          En este hermoso lugar, un edificio del siglo XVI- XVII, se dieron cita toda clase de actividades culturales tales como: exposiciones de pintura y fotografía, tertulias como las célebres taurinas, llegando a recibir la Universidad el Trofeo Frascuelo, instituido por la Tertulia "Los Tres Juanes", premio que era para él, pero que declinó en favor de la Universidad. También se dieron pregones, teatro, homenajes y recitales de poesía y flamenco, siendo también uno de los impulsores para que la UGR creara el Grupo de Estudios Flamencos del Centro Contemporáneo de la Universidad de Granada. Y es por todo esto por lo que lo traigo a este blog, porque nunca escatimó esfuerzo alguno ni ilusión por este nuestro arte, tanto para los más viejos del lugar, como para aquellos jóvenes que están empezando y son las futuras promesas. Por todo esto y por todo el cariño que me profesaba, y al que he tratado de corresponder en su medida, le estaré siempre agradecido y en cualquier sitio que me encuentre cantando habrá una letra por soleá dedicada a su memoria. Gracias Carlos Orte.

Arturo Fernández.